Se pasea por La Ciudadela como si fuese su Córdoba natal y camina sonriente por las plateas del estadio. Así de feliz se lo ve a Alejandro Rébola en San Martín, una especie de segunda casa para él, la que le reabrió sus puertas tras su paso por Ferro. “Sigo siendo el mismo, sólo que con dos años más (26), ja. El regreso a las canchas se tuvo que postergar un poco por la lesión, pero hice fútbol, no sentí molestias y estoy a disposición”, asegura, ya con Atlético en la mira.
El “Guerrero” habla sobre la ida que se perdió por una sobrecarga en los aductores de la pierna derecha, por eso le apunta a la revancha de hoy en el Monumental. Aunque de entrada nomás aclara la onda, la del objetivo a futuro. “Por supuesto que a esto la gente lo quiere ganar y nosotros también: si fuese por mí quisiera ganar 5 a 0. Pero en realidad no me sirve ganar un clásico, que de aquí a una semana estará olvidado, si luego no ascendemos. Es ilógico”, analiza serio el cordobés. ¿Y si le dieran a elegir? Él no tiene dudas: “si me dieran a elegir, los pierdo a los clásicos. Sólo quiero ascender y ahí sí ganarle a Atlético, en la B Nacional y por los puntos. Ahí mucho mejor”, repite y repite.
El paso por el conjunto del barrio porteño de Caballito a Rébola le hizo valorar aún más el afecto del pueblo “santo”. Cuando acá ya todos lo estaban esperando, allá lo estaban odiando. “Sí, es exactamente así, ja”, sonríe el defensor que en su cuenta de Twitter retuitea cada insulto de los hinchas verdes. ¿Qué pasó? ¿Tan mal la pasó en Caballito? “No la pasé mal, pero es un club que tiene poca gente y es todo lo contrario a San Martín, que tiene mucha gente y que en las buenas y en las malas te va a alentar. Eso en Ferro no pasa”, aclara “Ale”.
“Allá la gente se quedó en los torneos que ganaron en los 80 y viven eso. No se dan cuenta de la situación en que está el club, y no dejan tranquilos a los jugadores. Por todo esto, y como en todos lados nos mataban, a una semana de irme, por impotencia, publiqué algo así como: ‘no aguanto más a nadie, me quiero ir, cambiar de aire’. Y bueno, ahí nomás saltaron ellos. Después me harté y publicaba boludeces en su contra y la gente de San Martín saltaba a defenderme”, cuenta el hombre, que así se puso de su lado a los “santos” antes de pegar la vuelta y hoy disfruta poder estar cómodo en un club.
“Lo bueno que tiene la gente acá es que este es el cuarto año que el equipo está en el Argentino A y sigue viniendo a la cancha. Y aunque las cosas a veces no vayan bien, siempre piensan en cosas positivas”, recuadra “Ale”.
Obvio que no todo en Ferro fue peleas en la red. El club al menos le dio la chance de hacerlo compartir zaga con Eduardo Tuzzio. “Eso sí se los agradezco, por la clase de jugador que es, que habiendo pasado por los clubes más grandes de Argentina tiene una humildad impresionante, porque nunca va a decir nada a cerca de eso. Y como jugador seguro que aprendí, por su experiencia, imaginate...”, cuenta Rébola, sacando siempre algo positivo.
El cariño “santo” y la misión debida de ascenso son razones suficientes para la vuelta de Rébola. Nada más importa, ni que hoy le toque atender nada menos que a Luis Rodríguez. “A ‘Pulguita’ lo conozco de haberlo enfrentado en Ferro e Instituto. Todos sabemos que es un gran jugador y respetable, pero... Hay que perderle un poquito ese respeto. Tampoco hay que hacerse la gran historia. Hablando en general: hay que salir a jugarlo al clásico, y punto”.